Cuántos límites y barreras nos hemos encontrado que parecen marcar hasta donde podemos llegar. Pero si los observamos de cerca, descubrimos que todos esos obstáculos, más que allá afuera, están en nosotros mismos. Sólo cuando nos atrevemos a desafiar nuestra concepción sobre lo que es posible o imposible, podemos lograr lo que hasta ahora no hemos alcanzado.
“Ningún ser humano es capaz de correr una milla de distancia en menos de cuatro minutos”. Este era el pensamiento que perduró durante años. Había un sinfín de explicaciones provenientes de comentaristas deportivos, expertos en fisiología y médicos. Era imposible, sencillamente, porque nadie lo había podido conseguir.
El 6 de mayo de 1954 Roger Bannister participó en la carrera de una milla de distancia en Oxford. Esa mañana aquel joven corrió los 1.609 metros que suponen una milla en 3:59,4. El resultado fue un acontecimiento histórico. Pero no fue el único que lo logró.
A las seis semanas, un corredor australiano, John Landy, superó el récord anterior con una marca de 3:58,0. Y, desde entonces, los cuatro minutos han sido fulminados miles de veces porque, sencillamente, la barrera era un producto mental y no un límite real. Si trasladamos este ejemplo a nuestra vida cotidiana podríamos preguntarnos: ¿cuántas «millas» tenemos en nuestra mente que no son reales y que nos impiden alcanzar lo que queremos?
Pues bien, muchas de las barreras que nos impiden conseguir nuestros objetivos en el running provienen de nuestra mente, porque pensamos que, si no lo hemos logrado anteriormente, no lo vamos a obtener ahora, o que, si otra persona no lo ha conseguido antes, ¿por qué lo vamos a alcanzar nosotros? Nos acortamos, nos acomodamos, establecemos nuestros propios límites y nos quedamos ahí sin salida.
Pasamos por alto el hecho de que nuestra mente está diseñada para entrar en desafío. El que nos llega de afuera y también y quizá el más importante el que nos llega de nuestro interior. ¿Cuántas veces hemos avanzado en el running por el simple hecho de que queremos, de que creemos que lo podemos conseguir?
¿Hasta donde podemos llegar?, ¿qué ocurre en nuestra mente cuando nos preguntamos exactamente hasta dónde podríamos llegar si nos liberásemos de nuestras limitaciones y de nuestros miedos a no conseguirlo? Es muy probable que transformemos los limites en desafíos, y como tantos otros, podamos alcanzar altas cuotas de valor para intentarlo y esfuerzo para conseguirlo. La mente entiende el desafío, es su alimento.
En realidad, desconocemos las cosas increíbles que puede llegar a hacer nuestra mente cuando conseguimos hitos que normalmente pensamos que son inalcanzables. Experimentar toda la fuerza emocional que se encierra en ese logro, nos pone en contacto con lo más grande y mejor que hay en nosotros: la pasión por el desafío.
Manuela Rodríguez es la responsable del área de psicología deportiva y salud de Centro PRONAF , donde trabaja para acompañarte y ayudarte a lograr y superar el objetivo que te propongas
7 pasos hacia una mayor confianza
PASO 1:
Decide que el deporte como la vida es básicamente una resolución de problemas, y se puede aprender a mejorar tanto el resultado como el proceso.
PASO 2:
Considera el problema como una oportunidad, conviértelo en algo positivo. La resolución de problemas se reconoce como una de las fortalezas básicas del ser humano. Los problemas tienen una influencia positiva en tu vida, gracias a ellos creces.
PASO 3:
Actúa, entrena, compite, continúa haciendo lo que haces. Aunque sientas inseguridad, no huyas de esta sensación, acéptala, forma parte del proceso, forma parte de tu vida. Piensa que las personas más seguras del mundo también tienen esta sensación, tienen sus inseguridades y las afrontan, solo así han conseguido altos niveles de seguridad en sí mismos.
PASO 4:
Analízate, reconoce tus fortalezas y aquello en lo que tienes que cambiar, tus áreas de mejora. Se honesto contigo mismo. Un simple listado sirve para este fin, hecho desde la objetividad y el respeto a uno mismo.
PASO 5:
Fíjate objetivos: ponte pequeños desafíos a diario. Para ello, tienes que conocer tus capacidades y tus propios límites, fijándote objetivos realizables. Vete progresivamente, etapa por etapa, aumentando la dificultad. Después observa los resultados para reconocer lo que necesitas cambiar y ajustar.
PASO 6:
Trabaja desde tu lado constructivo, siguiendo unas pautas dirigidas a resolver tu problema de confianza, no caigas en la equivocación de aparentar lo que no eres, o de mentir para ganar prestigio, o de rodearte de personas que te adulen, etc. A la larga, esto solo vale para profundizar la sensación de no valer lo suficiente.
PASO 7:
No dejes que aquellas personas con vocación de “resuelve- problemas”, que te vayas encontrando, te digan lo que tienes que hacer ni asuman tus responsabilidades, pues esto, lejos de beneficiarte solo conseguirá aumentar la sensación de no ser capaz de enfrentarte a las dificultades. Intenta resolverlo por ti mismo, si crees que necesitas asesoramiento consulta con un profesional.
Ganar confianza en ti mismo es posible, pero has de estar dispuesto/a a pagar su precio, que es ser constante en tu esfuerzo.
Manuela Rodríguez es la responsable del área de psicología deportiva y salud de Centro PRONAF , donde trabaja para acompañarte y ayudarte a lograr y superar el objetivo que te propongas